Las habitaciones en Banana Lodge tienen muchas ventanas que permiten que entre mucha luz, lo cual me encanta. tienen suelos de baldosas que son prácticos y fáciles de limpiar. Me encanta la sensación de estar en un lugar fresco y limpio.

La única cosa que no me gustó tanto es que la habitación no tiene vistas al lago. Pero sé que esto es una opinión muy personal y puede que a otros huéspedes no les importe tanto.

Nos lo pasamos genial en Banana Lodge. El lugar está súper bien ubicado, a solo 10 minutos a pie de Puerto Misahualli. Las habitaciones son geniales, sin muchos lujos pero súper limpias y con todo lo que necesitábamos. Además, hay una cocinita para los huéspedes donde nos preparamos comida rápida y tiene todo lo necesario, hasta una nevera. Y el desayuno. ¡riquísimo y abundante!

Lo único que nos habría gustado es que tuviera una piscina. Después de ir de excursión o hacer rafting nos hubiera encantado tener una piscina para relajarnos y disfrutar aún más de nuestra estancia.

Primero, nos aventuramos a hacer rafting en el río y después nos dimos un chapuzón en las aguas cristalinas del Misahualli. El hostel nos brindó un espacio súper relajado y con una vista alucinante al río. Además, los dueños nos recomendaron las mejores excursiones y actividades para que nuestro viaje sea épico. ¡Una experiencia que no olvidaremos!

Como adolescentes con alma de fiesta, nos hubiera gustado tener algún evento nocturno en el hostel. Aunque nos divertimos mucho durante el día, hubiera sido genial poder disfrutar de una noche llena de música y baile para completar un viaje perfecto.

Mi estancia en el Banana Lodge fue como estar en mi propia casa. Ana, la dueña, fue muy atenta y amable. La habitación tenía una vista al río y podía acceder directamente desde el hotel. Además, había hamacas y una cocina de uso común. Los desayunos eran deliciosos, con un gran bol de frutas frescas y panes variados. La gente de Misahualli también fue muy agradable.

Los alimentos para el desayuno podrían mejorar un poco.

Me encantó Banana Lodge! Está muy bien ubicado y limpio. La anfitriona es amable y servicial. Las habitaciones son simples pero tienen todo lo necesario. ¡El desayuno es delicioso y abundante! 🌺

Sitio espectacular, bien ubicado, habitaciones amplias y limpias, acceso al río, buen desayuno.

Ninguna queja.

El valor por el dinero fue excelente, obtuvimos una habitación cómoda y agradable. La ubicación del hotel junto al río Misahuallí fue hermosa, con una "playita" perfecta para bañarse. Además, pudimos utilizar la cocina y el personal fue muy atento y amable, brindándonos información sobre las actividades y ayudándonos con el transporte.

El desayuno del hotel podría mejorar en un aspecto. Durante la segunda noche tuve que bañarme con agua fría, pero les informamos a los dueños y van a revisarlo.

En resumen, recomendaría este lugar para una estadía cómoda y tranquila cerca del centro, con la posibilidad de disfrutar de un buen desayuno y explorar la selva con un guía experto.

Mi experiencia como viajero por trabajo a largo plazo fue muy buena. El lugar estaba muy bien ubicado, a solo 10 minutos a pie del centro.

Mi estancia en este hotel fue maravillosa. Lo que más me gustó fue la ubicación, ya que se encuentra en un lugar tranquilo y rodeado de naturaleza. Además, está a poca distancia a pie del centro de la ciudad, lo que hace que sea muy conveniente para explorar.

Nada que no me haya gustado. Mi experiencia en este hotel fue excelente en todos los aspectos mencionados anteriormente.

El Banana Lodge es lo más! La habitación estaba súper cómoda y tenía un estilo genial. Además, teníamos acceso directo al río para bañarnos y relajarnos. El jardín era una pasada, lleno de flores y colores que nos dejaron sin palabras. ¡Gracias a Ana y Eduardo por su amabilidad y consejos increíbles!

Solo nos faltó un poco más de fiesta juvenil. Sugerimos que el hotel organice alguna actividad nocturna para los más fiesteros como nosotros.

Las instalaciones del Banana Lodge son de calidad, cómodas y limpias. El lugar es tranquilo y está ubicado junto al hermoso Rio Misahualli. El desayuno es delicioso y la propietaria, Ana, brinda un excelente trato en todo momento.

Me sentí seguro caminando por la noche, no tengo ninguna queja en absoluto.